Octubre 29 de 2016
A un poeta sólo se le habla de la muerte
Un poeta no se circunda con bobadas
Un poeta es un hombre lejos del ayer y del mañana
A un poeta no hay suficiencia que lo aliente
El poeta no discurre en la apariencia
No se le colocan cortapisas ni destinos
Un poeta no necesita de mengano ni perano
A un poeta no hay mención que lo contenga
No hay suplicio que lo arredre
ni comitiva que lo aprecie
Un poeta no es adorno de la noche
ni el versículo del toche
A un poeta no se le hace manicure con las estéticas
Un poeta refulge en la simpleza
A un poeta se le oye mejor en sus infiernos
Un poeta no es un actor que se contempla
No es un director de orquesta
Un poeta no está al mando de una casa
de subastas literarias
Un poeta no se disfraza de contento
ni es el invitado a toda fiesta
Un poeta no escala posiciones
ni se seca las manos con pendones
A un poeta le llegan las palabras
y no asiste a talleres directivos
Un poeta se las sabe todas
pero no se mezcla en las tramoyas
El poeta huye de los hombres
para estar más cerca de su nada
Si le dicen bueno, es como si le dijeran malo
No contempla los valores de lo errático
Tiene vida y es de muerte
¡Sorprendentemente muerde!
Los que lo vieron crecer
no imaginaron tanta intemperancia
Tiene cuerpo y es el alma
Un poeta no se salva ni condena
Los que lo vieron callado
no se dieron cuenta que era un rio de palabras
Va descalzo pero siente…
¿Para dónde va este solitario de sí mismo?
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