“Consideramos que el Teatro no es una representación, sino un replanteamiento. Debe significar desahogarse, soltarse. Hacerle comprender al espectador, que él no es pasivo, es otro elemento activo de la obra. No queremos al artista y al público separados por una pared invisible pero real, otro muro de fragmentación, dónde se estrellan las ideas de la gente que no les permiten ver más allá de las narices”.
En la forma como la Barca de Los Locos, entiende el Teatro, se da una comunicación directa, auténtica, porque "el Teatro no es entender sino vivir".
Las cosas nos hablan en el cuerpo,
pero sólo se ven en el espíritu.
No somos un témpano de hielo,
ni una bisagra del pasado.
Bernardo Ángel Saldarriaga
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