Noviembre 27 de 2012
Abrevio,
no impongo
Llevo
mis cartas en las carnes
Abundo
en desamores,
son
retomes y fracciones.
Preso
de mí mismo,
caigo
en el Teatro
Somos
de la santidad perdida, ardida
Existimos
y sabemos que morimos
Con
los dedos escribimos, perforamos y anunciamos,
No
deificamos, tecleamos, saboreamos.
Péndulo
que cadencia un remonte,
y
eso que conocemos el monte, los extremos del indecente
Nos
mostramos y provocamos
No
adoramos, no consignamos, nos presionamos,
y
yendo y viniendo, no nos interesa un puesto,
ni
una materia ganada.
En
cuanto al cine, sensible cerco al olvido,
a
continuación el prefacio, la constante hartura del devenir…
¿Desde
cuándo venías anunciada?
Yo
no vestía, yo iba, y diciendo, esto hacía….
Acabo
de oír la palabra héroe ¿Qué será?......
Precepto
os doy: ablondad, abundad,
Morar
en la incertidumbre,
en
el fragante despropósito del miedo.
Escribo
para mis nervios dolidos….
Intento
llegar, pero no puedo
Sangro
desde hace tiempo
Me
instigo, me parto, me infundo, y canto mal pero canto
Vendrán
y no sabrán,
esto
lo he repetido como cuarenta veces,
como
naderías, como orfebrerías,
ya
sé que no aprendería, que no disimularía,
no
me rendiría, ofendería.
Voraz,
calma no tengo, patrimonio ninguno,
un
mundo y nada.
¿Me
entienden?......
Seguramente,
plenamente, no miro hacia atrás.
En
resumen, soy nadie.
Hago
Teatro para salir del mal y me encuentro peor.
Si
me oyen escribir abajo… ¡Díganlo, háganlo saber!
que
no me detendré, me abocaré, fornicaré, me masturbaré,
invariable
consternado cauto.
Voy
y salgo, nado salvo……
¿Cómo
ha llegado este hombre a la vida?
Móviles
actorales de la pausa, amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario