
Enero 26 de 2015
¿En qué circunscripción de muerte
reposarán los elementos,
para volver a despertar?
No tengo razones óptimas para sentirme juez,
para florear por ahí con palabras retocadas.
Estoy sombreado por una estirpe
de ascensos y descensos.
¡Qué la noche lo involucre todo,
lo inspire todo,
no negando lo nefando de los huesos,
la soltura del espíritu.
Nos retiramos al pasajero delirio de una obra,
al consentimiento de vocales aceptadas.
La raíz del hombre está traspasada.
Sobre los cuerpos queman las palabras,
devienen los instintos,
pero el arte no ha entregado
sus fuerzas todavía.
Te queda resistencia para rato,
sortilegios se ocultan en las losas,
pero los actores están firmes,
psicoactivos y tronantes,
como cuando el mundo se puso en movimiento.
¡Esto alegra, esto detalla!
La nerviosidad que todo hombre alberga,
la respuesta al infinito.
Todo sucediendo desde el lápiz,
desde la comisura de los gestos.
¡Antiguamente era así,
como hoy aquí!
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