Rasgando
el pecho,
nacen nuestras obras
como pelícanos fieles,
a su encendido amor…
¿Mejor alumbramiento, dónde?
Enaltecedor peregrinaje
de la dura carne
Así con nosotros
como en vosotros,
para clamarlo en la calle sin ningún degüello,
para que el poema resucite,
desde luego…
El orden siempre será destructivo
El Arte, fe erótica errante,
pulsión de la nada…
¡Intentarlo,
sorprenderlo,
develarlo!...
Todo hereje paga sus consecuencias,
sus destiladas esencias,
presencias…fulgencias…
Todo indica
que nos fraguan
desde acabes
¿Para qué más ilustración en esto?
Basta verlo en estas calles,
en estos precipicios enconados
Duendes silban el ensalmo
Nos bailan, nos asedian
Aproximación de tundras…
¡Nos hemos desatado, nos hemos demudado,
desnudado, deshojado!
Leves destinos en la nada ¡pero nada!...
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